Erik, un apasionado escritor hijo de una familia acomodada de Oslo, siente desde joven una intensa inclinación ideológica que lo lleva a dedicar su vida a luchar contra las injusticias. Armado con su pluma y un cuaderno, Erik decide viajar a España durante la Guerra Civil para documentar los acontecimientos y contagiar a sus compatriotas de la necesidad de frenar el auge del fascismo en Europa.
A pesar de su origen acomodado, Erik empatiza profundamente con la causa comunista y se convierte en un fervoroso estalinista. Su pasión lo lleva a viajar a la Unión Soviética para formarse ideológicamente. Sin embargo, con el tiempo, al ser testigo de las barbaridades cometidas en el régimen soviético, comienza a reconsiderar sus creencias.
En España, Erik anota cada noche los acontecimientos que vive, creando un diario que se convierte en una valiosa crónica de la guerra desde dentro. Su deseo de vivir la realidad lo lleva a trasladarse al frente cerca de Brunete. Su comportamiento desarmado e imprudente despierta la atención de sus compatriotas voluntarios, quienes lo obligan a volver a la retaguardia.
Decidido a vivir como un soldado, Erik resulta herido de manera accidental. Un militar noruego involucrado en la Legión Extranjera sugiere que lo trasladen al Hospital Sueco-Noruego de Alcoy para tratar sus heridas en un sitio seguro. Durante su estancia en el hospital, Erik conoce a Carolina Bravo, una enfermera española de la que se enamora perdidamente.
Una vez recuperado, Erik se despide de Carolina y se dirige a Valencia, la capital de la República. Cuando el Hospital Sueco-Noruego es bombardeado, Erik teme por la vida de Carolina y va en su busca. Al encontrarla, deciden viajar juntos a Oslo, donde se establecen y viven durante décadas.
Años después, Carolina enferma gravemente y le pide a Erik que la deje volver a España a morir. Juntos regresan a una España que Carolina apenas reconoce, una España donde el turismo comienza a ser una industria mientras la España profunda sigue viva. El tardofranquismo está a punto de dejar paso a la democracia, y Carolina vivirá la muerte de Franco como la suya propia.
Acompañada por Erik, Carolina recorre los paisajes del Mediterráneo, sabiendo que no llegará a ver su patria libre. Su viaje es una mezcla de nostalgia y esperanza, un testimonio del amor y la lucha que han marcado sus vidas.
La historia de Erik y Carolina es un relato de amor, guerra y redención. A través de sus experiencias, ambos personajes encuentran un propósito y un amor que los sostiene en los momentos más difíciles. Su legado perdura como un ejemplo de lo que significa luchar por lo que uno cree, incluso en las circunstancias más adversas.
Carolina Bravo es una enfermera española con fuertes convicciones ideológicas. Impulsada por su deseo de contribuir a la causa republicana y ayudar a los heridos de guerra, se inscribe voluntariamente para trabajar en el Hospital Sueco-Noruego de Alcoy. Este hospital, fundado gracias a la solidaridad de los pueblos sueco y noruego, se convierte en un símbolo de esperanza y resistencia en medio del conflicto.
La República Española introduce cambios sociales significativos que afectan a las mujeres, pero la sociedad todavía mantiene un fuerte control y censura sobre su comportamiento. Carolina, como muchas otras mujeres de su tiempo, enfrenta desafíos tanto en su vida personal como profesional. A pesar de las dificultades, su determinación y compromiso con la causa la llevan a superar los obstáculos y a ganarse el respeto de sus compañeros y pacientes.
En el hospital, Carolina conoce a Erik, un apasionado escritor noruego que ha sido herido en el frente. Ambos sienten una conexión inmediata, pero saben que el amor en tiempos de guerra es casi imposible. Las circunstancias y sus responsabilidades los obligan a seguir caminos separados, aunque el recuerdo de su encuentro perdura en sus corazones.
El bombardeo del Hospital Sueco-Noruego marca un punto de inflexión en sus vidas. Erik, preocupado por la seguridad de Carolina, va en su búsqueda. Al encontrarla, deciden viajar juntos a Oslo, donde se establecen y construyen una vida en común. A pesar de las dificultades y la nostalgia por sus respectivos países, su amor y compromiso mutuo los sostienen.
En 1974, la enfermedad de Carolina hace que decidan regresar a España, un país que apenas reconocen. La España que encuentran está en transición, con el tardofranquismo dando paso a la democracia. Juntos, recorren los lugares donde vivieron momentos cruciales de la guerra, reviviendo recuerdos de juventud, ideas y sueños.
Durante su recorrido, Carolina transita hacia su muerte debido a una enfermedad incurable. Ve morir a Franco en la cama, pero pocos días después, ella misma fallece sin llegar a ver una España completamente libre. Su viaje final es una mezcla de nostalgia y esperanza, un testimonio de su vida dedicada a la lucha por la justicia y el amor.
La historia de Carolina Bravo es un relato de valentía, amor y compromiso en tiempos de guerra y cambio social. Su vida y su legado perduran como un ejemplo de lo que significa luchar por lo que uno cree, incluso en las circunstancias más adversas. A través de su experiencia, Carolina demuestra que el amor y la dedicación pueden superar las barreras del tiempo y la distancia.
Astrid Berg y Magnus Halvorsen son un matrimonio de médicos suecos que trabajan en un prestigioso hospital de Estocolmo. Conmovidos por las noticias del golpe de Estado en España y la creciente ola de fascismo en Europa, deciden arriesgar su cómoda posición para contribuir a la causa republicana. Participan activamente en las campañas de concienciación en Suecia, organizando charlas, recaudando fondos y sensibilizando a la población sobre la necesidad de apoyar a la República Española.
Impulsados por su compromiso y solidaridad, Astrid y Magnus toman la audaz decisión de viajar a España para fundar un hospital que atienda a los heridos de guerra. Su objetivo es crear un centro médico que no solo proporcione atención de calidad, sino que también sirva como símbolo de la solidaridad internacional con la República.
La elección de Alcoy como sede del hospital no es casual. Alcoy, una ciudad industrial en la provincia de Alicante, está estratégicamente ubicada lejos del frente de batalla, lo que la convierte en un lugar relativamente seguro para establecer un hospital de campaña. Además, la ciudad cuenta con una infraestructura adecuada y una población comprometida con la causa republicana. La ministra de Salud de la República, Federica Montseny, ofrece la sede de la Escuela Industrial de Alcoy como ubicación para el hospital, facilitando así su establecimiento.
Fundar el hospital en Alcoy no es una tarea fácil. Astrid y Magnus enfrentan numerosos desafíos logísticos y burocráticos. Traer todo el equipo médico, suministros y personal desde Suecia requiere una planificación meticulosa y una red de apoyo internacional. Gracias a la solidaridad de los trabajadores escandinavos y la colaboración de organizaciones humanitarias, logran reunir los recursos necesarios.
El viaje en sí es arduo. El equipo médico y los suministros deben ser transportados por mar y tierra, enfrentando riesgos como los ataques navales y las dificultades del terreno. Bajo la dirección de Astrid y Magnus, el hospital atiende a cientos de heridos de guerra, proporcionando tratamientos avanzados y cuidados compasivos. La tasa de mortalidad es notablemente baja, y el hospital gana reconocimiento tanto en España como en el extranjero.
Uno de los grandes éxitos del hospital es la implementación de técnicas médicas innovadoras y la formación de personal local. Astrid y Magnus no solo tratan a los pacientes, sino que también capacitan a enfermeras y médicos españoles, dejando un legado duradero en la comunidad médica de Alcoy.
Durante su estancia en España, Astrid y Magnus establecen una estrecha relación con Paco Lluch, un médico valenciano que se convierte en su aliado y amigo. Paco, con su conocimiento del terreno y su red de contactos, es fundamental para el éxito del hospital. Ayuda a Astrid y Magnus a navegar las complejidades locales, facilita la obtención de suministros y medicamentos, y actúa como enlace entre el hospital y la comunidad. Tras el bombardeo del hospital Astrid y Magnus vuelven a Estocolmo donde reciben la noticia del fusilamiento de Paco.
Ingrid Larsen, una joven periodista noruega de 28 años, llega a Barcelona en 1937 con la misión de informar al principal periódico de su país sobre los eventos de la Guerra Civil Española. Ingrid es una mujer valiente y decidida, con un fuerte sentido de la justicia y una pasión por contar la verdad. Se establece en un pequeño apartamento en el barrio de Gracia, una zona vibrante y llena de vida, a pesar de las tensiones de la guerra.
Desde su llegada, Ingrid queda profundamente impresionada por la intensidad y la crudeza del conflicto. Las calles de Barcelona están llenas de barricadas, y el sonido de los disparos y las explosiones es constante. Ingrid se sumerge en el caos, entrevistando a soldados, enfermeras, y civiles para obtener una visión completa de lo que está ocurriendo. Sus artículos, llenos de detalles vívidos y emociones crudas, capturan la atención de los lectores en Noruega, quienes siguen con interés y preocupación los eventos en España.
Ingrdi vivirá en primera persona dentro de la zona republicana las políticas entre diferentes facciones de izquierda, incluyendo anarquistas, comunistas y socialistas. Estas tensiones a veces resultaban en enfrentamientos violentos dentro de la ciudad.
En mayo de 1937, Barcelona fue el escenario de los llamados "Hechos de Mayo" o "Jornadas de Mayo", una serie de enfrentamientos armados entre diferentes facciones republicanas. Ingrid informará a través del periódico Aftenposten. Este periódico, fundado en 1860, es uno de los más antiguos y respetados de Noruega. Ingrid transmitirá el dolor de de las contradicciones ideológicas con las que debía convivir el Gobierno de la República Española. Así vivirá intensamente el intento del gobierno republicano de tomar el control de la Telefónica, que estaba en manos de los anarquistas de la CNT. Los enfrentamientos resultaron en varios días de combates callejeros y una crisis política dentro del bando republicano.
A pesar de la guerra, la vida en Barcelona continuaba con ciertos niveles de normalidad. Ingrid tendrá que sobrevivir e informar de la escasez de alimentos, la inflación y las dificultades económicas afectaban a la población civil, al mismo tiempo que extraña y contradictoriamente se producían avances en los derechos de las mujeres y reformas educativas.
Ingrid dará cuenta de la Barcelona como centro importante de propaganda y cultura durante la Guerra Civil. Artistas, escritores y periodistas de todo el mundo acudieron a la ciudad para apoyar la causa republicana. La ciudad también fue un centro de producción de carteles, películas y otras formas de propaganda.
Regreso a Narvik
A medida que la situación en España se vuelve más peligrosa, Ingrid recibe la noticia de que debe regresar a su pueblo natal, Narvik, en el norte de Noruega. La razón es la creciente tensión en Europa y la necesidad de su periódico de tener corresponsales en zonas estratégicas. Ingrid deja Barcelona con el alma rota, pero con la determinación de continuar su trabajo dondequiera que esté.
Al llegar a Narvik, Ingrid se encuentra con una ciudad que pronto afrontará una guerra en el horizonte, y Narvik, con su puerto estratégico, se convierte en un objetivo clave. En abril de 1940, la batalla de Narvik estalla, y la ciudad se ve envuelta en un conflicto brutal entre las fuerzas alemanas y las aliadas.
Reencuentro con Andreu Pujol
En medio del caos de la batalla, Ingrid se encuentra con un rostro familiar: Andreu Pujol, un catalán con quien había tenido una intensa aventura amorosa en Barcelona. Andreu, forma parte de la 13 Demibrigada Internacional que se quedará durante un breve periodo de tiempo en Narvik. Su reencuentro es emocional y lleno de sorpresa, ya que ninguno de los dos esperaba volver a verse en tales circunstancias.
Andreu Pujol, un catalán comprometido con la causa republicana, ocupa un cargo importante en el gobierno de la República en Barcelona durante la Guerra Civil Española. Su papel es crucial en un momento de alta tensión política y social. Andreu es conocido por su habilidad para mediar entre las diferentes facciones de izquierda, especialmente entre los anarquistas y los comunistas, que a menudo tienen visiones divergentes sobre cómo llevar adelante la lucha contra las fuerzas nacionalistas.
En su cargo, Andreu trabaja incansablemente para mantener la unidad dentro del bando republicano. Organiza reuniones y negociaciones entre los líderes de las diferentes facciones, buscando siempre un terreno común que permita fortalecer la resistencia contra el avance de las tropas franquistas. Su capacidad para escuchar y entender las preocupaciones de cada grupo le gana el respeto de muchos, aunque no siempre logra evitar los conflictos internos.
En lo personal Andreu tiene fama de mujeriego y le gusta seducir. En Barcelona conoce a Ingrid Larsen, una periodista noruega con la que vivirá un idilio efímero muy condicionado por la profesión de ambos. Andreu no puede ni debe facilitar información a Ingrid pero quiere seducirla y necesita usar esa información para ello. Ingrid siempre obtiene información cediendo un sexo que ella vive con una naturalidad casi innata a su profesión. Esa frialdad de Ingrid descoloca siempre a Andreu que siente que no acaba de caer rendida a sus pies como otras mujeres españolas. Para Ingrid el estatus o el atractivo de Andreu no son tan relevante. Ingrid sabe que su estancia en España es episódica y tendrá que volver a su pais. Quizá en el futuro decida casarse y tener hijos pero de momento su profesión y su vocación lo es todo.
Responsabilidades Militares
A medida que la guerra avanza, Andreu se ve obligado a asumir responsabilidades militares. La situación en el frente se vuelve cada vez más crítica, y la necesidad de liderazgo efectivo en el campo de batalla es imperativa. Andreu no es un soldado valiente, siente miedo y su capacidad se centra en la oratoria y la motivación con arengas en el campo de batalla. Sin embargo, no es capaz de afrontar con valentía el combate. Esa contradicción le perseguirá toda su vida. Sus convicciones son firmes pero sus ganas de vivir una vida asociada al vitalismo y los placeres es superior. Se plantea como de necesaria es la guerra y si su intervención cambia algo.
Exilio y la 13ª Demi-Brigada Internacional
Con la caída de la República y la victoria inminente de las fuerzas franquistas, Andreu se ve obligado a exiliarse. Junto con muchos otros republicanos, cruza la frontera hacia Francia, donde se une a la resistencia contra el fascismo en Europa. En Francia, Andreu se integra en la 13ª Demi-Brigada Internacional, una unidad compuesta por voluntarios de diversas nacionalidades que luchan contra el fascismo en diferentes frentes.
En la 13ª Demi-Brigada, Andreu encuentra un nuevo propósito y continúa su lucha contra la opresión. Ese camino le llevará a Narvik donde se reencontrará con Ingrid y deberá tomar la gran decisión de su vida: huir junto a Ingrid al Reino Unido.
Antonio Mateos nace en una familia muy humilde en la sierra de Almería. Desde muy pequeño, desarrolla un amor profundo por la lectura y los libros, a pesar de que su destino parece ineludiblemente vinculado a las labores del campo. Antonio ayuda a su padre en las tareas de pastoreo y agricultura, pero su mente y su corazón están llenos de sueños y de una pasión insaciable por las palabras escritas.
La mayor parte de las lecturas que alimentan la mente de Antonio se las ofrece Don Julián, el cura y maestro del pueblo. Don Julián es un hombre diferente, con una visión progresista y una comprensión profunda de los cambios que están ocurriendo en el mundo. Entiende que está naciendo una nueva época y su vocación es acompañar esos cambios desde la fe cristiana. Don Julián ve en Antonio un potencial que no puede ser ignorado y le proporciona libros y conocimientos que alimentan su curiosidad y su pasión por la lectura.
La relación entre Antonio y Don Julián es especial. Don Julián no solo es un mentor y un maestro para Antonio, sino también una figura paterna que le ofrece guía y apoyo. A través de sus conversaciones y las lecturas que comparten, Don Julián ayuda a Antonio a entender el mundo y a desarrollar una conciencia social y política. Don Julián, con su sabiduría y su compasión, se convierte en una influencia crucial en la vida de Antonio, moldeando su carácter y sus creencias.
A medida que Antonio crece, su ideología anarquista se fortalece. Las lecturas y las conversaciones con Don Julián le abren los ojos a las injusticias del mundo y a la necesidad de luchar por un cambio. Su amor por la poesía se convierte en una herramienta poderosa para expresar sus ideas y para inspirar a otros. Aunque su entorno es limitado, su mente y su corazón están llenos de sueños y de una determinación inquebrantable.
Durante la Guerra Civil Española, Antonio se convierte en un líder en la lucha anarquista. Su valentía y su determinación lo llevan a participar en varias batallas cruciales, incluyendo la Batalla del Ebro. A pesar de las dificultades y los peligros, Antonio nunca pierde la esperanza ni la determinación de luchar por un mundo mejor.
Tras la derrota republicana, Antonio se ve obligado a exiliarse, cruzando la frontera a pie hacia el sur de Francia. En el exilio, Antonio continúa su lucha por la justicia y la libertad, trabajando de manera furtiva para preparar el terreno para el regreso de la democracia a España. Finalmente, con la muerte de Franco y la transición hacia la democracia, Antonio decide regresar a España.
De vuelta en España, Antonio es elegido como el primer alcalde comunista de un pueblo en la Sierra de Almería. Su elección es un símbolo de esperanza y cambio para la comunidad, y su liderazgo inspira a muchos. Sin embargo, a los 72 años, Antonio decide dimitir el primer día de su nombramiento. Su decisión es un acto de humildad y sabiduría, reconociendo que su misión ha sido cumplida y que es hora de pasar el testigo a una nueva generación.